Una combinación de nostalgia y alegría se vivió en el Hogar Calderón Ayluardo; tres de sus becarias culminaron su ciclo formativo y académico.
Con una pequeña reunión, camadería y fotografías, las becarias y el personal del Hogar recordaron los momentos más importantes que vivieron las señoritas.
Mishell Arteaga, Ruth Villacís y Angélica Santana, trajeron a su memoria el día que llegaron muy pequeñas al hogar. Al principio fue duro el separarse de sus padres, pero las circunstancias socio económicas hicieron que sus progenitores busquen en el hogar, el lugar ideal para que sus hijas tengan una formación integral.
La despedida de sus compañeras fue emotiva, porque se evidenció el cariño, el compañerismo y la confraternidad que se vive como una verdadera familia.
A esto se sumaron los sentimientos de todo el personal, quienes día a día las han visto crecer, las han ayudado en sus tareas y las han encaminado en el sendero del bien, a través de consejos y la formación espiritual.